miércoles, 15 de abril de 2009

Maldito Hipócrates, Bendito Hipócrates

Para los que no saben, Hipócrates es considerado el padre de la medicina moderna. Cambió muchas de las concepciones que hasta ese momento tenían los médicos; por ejemplo, hasta que surgió Hipócrates, las labores de los médicos eran dos, sanar o matar, sí, escucharon (leyeron) bien, curarte o dejarte morir. En definitiva, su mejor legado fue el juramento hipocrático, que obliga al médico por compromiso personal y social, a no hacer daño (qué sencillo de decir no?)
Además de esto, Hipócrates consideraba que el médico debía ser honesto, calmado, comprensivo y serio. Si, ya sé lo que pasa por nuestras cabezas cuando leemos esto, ni en mil años todos los médicos son calmados, honestos, comprensivos y serios. Muchos son comerciantes, ansiosos, despreocupados y poco serios. Están pendientes del pago de "honorarios", se prenden con cuanto laboratorio, droguería, farmacia, circo, sexshops, conozcan y nos prescriben las drogas y servicios de esos lugares, que por obra y gracia del espíritu santo, son los mejores del país (mejor dicho, los que les pasan el dinerillo por debajo del escritorio). Asimismo, parece que tuvieran un problema de hemorroides u hormigas en el traserillo porque apenas entramos al consultorio están continuamente haciendo el amague de levantarse, como diciendo "bueno, ya está no?, la orden y el plus que me pagaste no eran para tanto, ya te vas???". Cuando les contamos de nuestras dolencias, lo más probable es que reaccionen de dos formas igualmente nocivas y paso a ejemplificar:

Paciente: -Doctor, me duele....tengo...siento.....-
Doctor Juan Pérez:-No tenés nada, dejá de hacerte la cabeza.
o bien
Doctor Juan Pérez:- No, lo que me contás es gravísimo, tenemos que hacer una tomografía electrocomputada de electrones marcianos, combinada con una terapia medicamentosa con remedios traídos de Birmania, no te asustes, podés hacerte ese análisis en "Laboratorios Pérez" y comprar los remedios en "Farmacia Pérez"...
Por esto, maldito Hipócrates....

Pero por otro lado, también uno encuentra médicos humanos (debería ser una redundancia decir eso, pero lamentablemente no lo es) que se preocupan por su paciente como persona, que lo escuchan porque nadie sabe más de su cuerpo y de sus dolencias que él, que, en definitiva, son médicos por vocación y no por negocio. Por ellos, bendito Hipócrates...

Me encontré en mi camino con médicos de todo tipo, y sé que mucha gente también (Chpi siempre te tengo presente ante estos temas), pero creo que hay que ir por el camino no con confianza ciega en los médicos, sino con confianza con ojos bien abiertos, poniendo en juego nuestro sentido común, investigando, leyendo, preguntando, cuestionando, porque, al fin de cuentas, nuestro cuerpo es el implicado. Nadie nos cuida nuestro trasero si no lo hacemos nosotros no?

"Llevaré adelante ese régimen, el cual de acuerdo con mi poder y discernimiento será en beneficio de los enfermos y les apartará del perjuicio y el terror"
(Dios nos libre de algunos médicos que parecen Stephen King, más terror no nos podrían dar)

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