miércoles, 12 de agosto de 2009

UN LLAMADO A LA REFLEXIÓN

Esta nueva anotación en el cuaderno de bitácora, está inspirada en un post de Chipi y en un comentario de Kari. Quiero hablar (escribir) sobre la responsabilidad de los que son padres y de los que están buscando serlo. Creo que esto nace de la propia experiencia vivida, de una infancia muy restringida, de desaprobaciones constantes, de una autoestima casi inexistente, de la seguridad de estar haciendo todo mal siempre...
Con esa mochila al hombro, bastante pesada por cierto, me costó muchísimo entender que podía ser diferente, que podía ser una persona de contención, amor y respeto para un ser pequeñito e indefenso que dependiera de mí.
Pero al ver a mi alrededor (sin ánimos de juzgar) veo cosas que me horrorizan. Para ejemplificar simplemente:
CASO 1: Un niñito de un año comiendo el almuerzo, y porque se distrae y no come, su padre (padre?) golpea la mesa con violencia y lo amenaza con un golpe si no come (no sé si en verdad lo golpearía, creo que no, pero la agresividad percibida en el tono de la voz, el ruido de los golpes en la mesa, la frialdad, me hicieron sentir terriblemente mal, vulnerable, a merced de una agresión, a mí, que nada tenía que ver con el asunto y que soy bastante grandecita. Imaginemos qué puede haber producido en una criatura pequeñita, con un psiquismo lábil y en formación... Y qué producirá a futuro....)
CASO 2: Una pareja busca su primer hijo. Lleva unos pocos meses en la búsqueda. Cuando me entero que están buscando, y que justo en ese mes a ella le faltan unos días para que "no le venga" la menstruación, me cuenta su experiencia bebiendo un gran vaso de bebida alcóholica de gran tenor, por lo cual a las pocas horas de esto, ya se encuentra en un total estado de ebriedad. Esta situación se repite asiduamente, sin importar la búsqueda o la posibilidad incluso de estar embarazada mientras se alcoholiza.

No quiero parecer pesimista, sólo cité casos negativos, aunque sé que hay millones de situaciones positivas y a imitar. Pero simplemente quiero reflexionar sobre la responsabilidad de decidir traer un niño (un ser humano, por sí a veces olvidamos que los niños son personas) a la vida, aunque a algunos nos cueste más tiempo lograr ese bebé. Creo que muchas personas consideran como algo meramente natural, biológico, tener hijos, y responden a ese llamado cual animalitos, y a veces ni siquiera responden, simple y llanamente, llega, como por accidente. Y, por tanto, creen tener todos los recursos para criar un hijo, como si sólo bastara darle de comer, estimularlo en lo psicomotriz, y comprarse todos los libros de la Niñera SOS, Duérmete niño, etc. etc. etc. Y el amor señores, ¿dónde quedó? ¿Y el respeto por el otro como persona (por más chiquitito que sea)?
Creo que me extendí bastante, pero es un tema que me toca tan de cerca y me encuentra tan vulnerable... Me indigna tanto todo esto que siento la indignación en el cuerpo, en el alma, y me estrujan las ganas de salir a gritarles a todos el daño que pueden hacerles a sus hijos, porque a veces la soberbia hace que ni siquiera se percaten de que pueden equivocarse, y de que si ese error no está enmarcado en el amor, puede dañar de por vida.
Tal vez sea uno de mis posts más difíciles de entender, con oraciones mal escritas, con falta de cohesión o coherencia, pero cuando las cosas salen directito del corazón, poco les importa la lengua y la gramática.
GRACIAS POR LEER